Uno de los principales aspectos que trabajamos en el autismo, especialmente a través de la colaboración con el caballo, es la comunicación. Este trabajo requiere siempre una visión muy individualizada, ya que el espectro autista es muy amplio y la forma en que se manifiesta puede variar enormemente de una persona a otra. Cada niño o niña tiene sus propios ritmos, necesidades, habilidades y formas de relacionarse con el entorno, por lo que no existen fórmulas universales. El objetivo, sin embargo, suele ser común: enseñar conductas socialmente aceptadas, desarrollar habilidades sociales y fomentar una comunicación más efectiva que mejore su calidad de vida y su funcionalidad en el día a día.